sábado, 20 de marzo de 2010

El Espíritu del Boquerón.

Esto es una parábola al hilo de una frase que escuché a una persona por la que siento un especial cariño y que me hizo sonreír. Le dije que escribiría sobre ello y así lo hago.

Que es el espíritu del boquerón y que pinta aquí un boquerón? Después de pensarlo para transmitir lo que me ha sugerido esta frase, espero ser capaz de hacer llegar la idea a quien lea estas líneas. Es un pequeño cuento con un mensaje demasiado visible para quien lo quiera ver pero vamos, como pista para torpes diré que donde pone boquerón podemos interpretar “boquerona”.

El boquerón es un pececillo que, si lo observamos como unidad, resulta ser bonito por su colorido plateado. Toma diferentes tonalidades según la luz que le dé, de formas angulosas y refinadas. Desde otro punto de vista, un manjar de sabor agradable. Suave y tierno.

Analizando su comportamiento animal, se mueve dentro de la masa y pasa desapercibido como individuo, al igual que tantas y tantas personas con las que nos encontramos.

Posiblemente al boquerón le gustaría ser otra cosa. Quizá tiburón por la seguridad y el temor que infunde. Quizá un delfín por la sensación alegre que transmite y la energía que desprende? Puede que una raya por su elegancia de movimientos.

Pero la realidad es la que es y el boquerón se mueve en la masa pasando desapercibido como individuo y sin más virtudes aparentes que formar parte de un kilo con sus semejantes. Un kilo que se consigue sin apenas esfuerzo, echando una red y pescando de una tirada el banco completo en donde encontraremos miles y miles de boquerones casi idénticos. Posiblemente dentro de esa red también habrá otras cosas. Quizá una dorada, un marrajo, puede que hasta una lubina. Esos se pondrán aparte pero los boquerones irán sin remedio al mismo cubo.

Pensará el boquerón que es diferente, que es especial, que tiene virtudes en las que nadie se ha fijado? Puede que si. De hecho, creo que eso ocurre.

Pero volvemos a la cruda realidad y ese boquerón que piensa que es tan especial terminará en un espeto, en vinagre dentro de un tarro de plástico o frito en compañía de unos cuantos mas de su especie para ser consumido sin pena ni gloria por paladares de cualquier nivel. Paladares que han sabido echar la red e incluso en muchos casos, por paladares a los que solo les adorna una virtud: estar en el sitio…pasaban por allí y se lo encontraron. El boquerón será centro de atención mientras dure la orgía.

Que poco criterio el del boquerón, verdad? Poco inteligente incluso. Y el que se pensaba que era especial y no se dio cuenta de que estaba rodeado de miles de seres semejantes a él.

Solo fue consciente del nivel de vulgaridad al que había accedido cuando se dio cuenta que los paladares que le disfrutaban solo lo veían como algo que se consume y después se olvida. Mientras duró el banquete, se sintió especial pero después de todo aquel festín, solo quedo la espina.

Las lisonjas y piropos solo duraron lo que los fuegos artificiales. Una explosión de luz, millones de estrellas artificiales que iluminan el momento dando a todo una tonalidad festiva y alegre. Y después el silencio y la oscuridad.

Debería el boquerón pensar que si se siente diferente ha de hacer cosas diferentes y no dejarse arrastrar por la masa? Debería quizá ser mas selectivo en cuando a los potenciales paladares que desean hincarle el diente?

Puede que al fin y a la postre, ese boquerón que pensó que era especial este equivocado y los hechos le hagan meditar.

1 comentario:

Anonymous dijo...

quiza ese boqueron es pequeño todavia para dar la talla de captura y lo suelten al mar, crezca se haga adulto y entonces se hara mas selectivo.