martes, 12 de abril de 2011

El Amo Fiero.


La sensibilidad del Dom parece que es algo que cueste sacar, que se dude de su existencia incluso y resulta extraño que algunos no solo no la tengamos sino que tampoco la escondamos.

A un buen amigo le sorprendió descubrir en algunos de mis textos lo que él ha definido como “un corazón romántico” bajo la coraza. Le dije que escribiría sobre ello y eso hago.

Quien está en posesión de transmitir a otra persona tantas y tantas cosas y hacer que esa persona se sienta segura, relajada, tranquila y feliz sino quien es capaz de almacenar en su interior todas esas facetas que hacen de un Dom una persona especial, capaz de contagiar la seguridad y la confianza no exenta de la sobriedad y firmeza que requiere la construcción de los mejores cimientos que toda relación necesita, sea del tipo que sea?

O quizá es incompatible ser duro, estricto, severo, sobrio y exigente con la caricia de la mano sobre una piel trémula por el deseo de ser tomada? Aquella caricia de la mano de seda con guante de hierro que toda sumisa desea sentir de su Dueño…..

Me tengo que referir sin duda al texto que en su día expuso Wicked en su “El Amo Ideal” que podéis encontrar reproducido con su permiso en este blog también (04/09/2008 con etiqueta de poesía) y donde expone con una gran carga de sensibilidad o al menos a mi me lo parece, lo que es un resumen de la experiencia de un Dom en este tipo de relaciones.


No, no somos seres sin sangre en las venas ni somos seres sin sentimientos. Creo que somos capaces de tener los sentimientos más profundos hacia otra persona. Puede que incluso en los dos aspectos, capaces de amar con intensidad o de sentir el más profundo desprecio hacia alguien que con su ofensa nos hirió.

De hecho, somos los grandes egocéntricos de la creación, personas capaces de darnos por completo y con intensidad con tal de ver en la mirada de la sumisa ese brillo de admiración y amor profundo que buscamos experimentar por caminos bien diferentes al resto de los mortales.

No somos mejores que nadie, sin duda. Es más, diría que tenemos muchos defectos y al mismo tiempo somos perfeccionistas en el sentido de querer ser los mejores día a día, algo imposible a todas luces pero que perseguimos con empeño durante nuestras vidas sin frustrarnos ante los errores que cometemos y que nos sirven para que volvamos a meditar sobre ellos, hagamos propósito de enmienda y retomemos la marcha con serenidad y mas aplomo si cabe.

Personas que vivimos en un mundo marginal, con ideas de otro siglo quizá, a los que se les censuran los gustos en disfrutar de la vida de otra manera sin pensar que en la sociedad hay miles de ejemplos comparables a nuestra ética sobre el “sano, seguro y consensuado” que muy pocos entienden y otros que socialmente son admitidos como normales.

Como ejemplo, podría poner la comparación de una escena D/s en una mazmorra donde se buscarán placeres diferentes de una manera pactada por ambos. No es comparable a un combate de boxeo donde ambos púgiles, de mutuo acuerdo, se forran a hostias hasta que uno cae al suelo?

nessum dorma, al alba vincere

1 comentario:

Adriana dijo...
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