viernes, 2 de noviembre de 2012

Juguetes de nuestros días.



Ahora que se acerca la Navidad el título suena a recordatorio pero nada más lejos de ello. Aunque porque no?


La técnica y modernidad han puesto a nuestro alcance artefactos que originan sensaciones no dolorosas en sí mismas pero que de entrada, suelen producir desasosiego ya que la sola mención de la palabra electricidad encierra un misterio y un temor añadido a algo que en principio no comprendemos bien.

Los artefactos a los que me refiero son de aplicación en medicina y en autoprotección respectivamente. Un electroestimulador y una defensa eléctrica, llamada también “taser”. Esta comprobado que ambos cumplen con el cometido para el que han sido fabricados y personalmente, doy fe de ello.

Para legos, es importante tener en cuenta que lo que produce los horrorosos calambres no es lo que llamamos popularmente “voltaje” sino un término también conocido pero al que no le damos la misma importancia y es el “amperaje” o intensidad. Una simple batería de automóvil puede dar una buena descarga a pesar de solo tener 12 voltios pero con un amperaje en el rango de los 9 a 45 amperios. 

Las baterias de automovil se han usado para sesiones de interrogatorio desde hace muchos años siendo muy convincentes al igual que de sencillo uso. Es cuestión de poner el negativo con un cable en un dedo del pié, por ejemplo. Despues el cable de positivo, con una protección de goma para el que lo esta usando y una pinza con una esponja mojada...... Cada vez que paseas la esponja mojada por la piel de la persona "afortunada" los gritos podrán escucharse en Alaska. 

Las primeras “sillas eléctricas” de ejecución mantenían una intensidad de 8 amperios “nada más”. El cuerpo humano, según las tablas de Protección Laboral, soporta hasta un máximo de 6 amperios si bien en esta intensidad los daños pueden llegar a ser irreversibles. Jugando con el voltaje y la intensidad se llega al equilibrio que queremos conseguir técnicamente hablando pudiendo aplicarse 100.000 voltios y una tensión en torno a los 3-6 amperios en los artefactos dedicados a autoprotección.

Bien, después de la nota técnica, para tranquilidad del mundo, los juguetes de los que trato tienen rangos de “miliamperios” en el electroestimulador y de 5 amperios máximo en el taser.

Electroestimulador:



El electroestimulador, como su propio nombre indica, estimula mediante electricidad los músculos y no es difícil que le saquéis rápido algunas aplicaciones mas, verdad? Como ejemplo de ideas al viento, una imagen vale más que mil palabras. Con imaginación y un sencillo “tuneo”….. Y además, sirve para dar agradables masajes. Es un juguete que se puede encontrar por unos 50 € de una cierta calidad ya.

El Taser:



El taser está sujeto a Leyes y Reglamentos sobre tenencia de armas aunque cualquiera que busque en la red puede comprobar que se venden sin mayor inconveniente aunque no son los modelos “bestias” que llevan algunos cuerpos de policía.

Un artefacto de 100.000 voltios, suficiente para enmendar cualquier conducta, se puede encontrar en la red por menos de 80 €. A medida que sube el precio, suben las prestaciones pero es mas que suficiente así aunque recomiendo que se use material de calidad aceptable. Merece la pena.

Tampoco es complicado fabricar uno casero y hay miles de sitios donde aprender a hacerse uno. Por ejemplo con esa vieja cámara de fotos de carrete que ya no usas.....…


Ojito con estos artilugios caseros y sugiero primero probarlo en carne propia antes que en ajena. Yo lo hago con todos los artefactos que incorporo a mi “kit de juegos”.

Ni que decir tiene que usar este tipo de juguetes es una responsabilidad grande ya que una mala aplicación o usarlos en una persona con determinados problemas de salud puede tener graves consecuencias asi es que mucho leer y mucha información antes de nada. Y después, la prueba mejor es aplicarselo un@ mism@ para valorar y evaluar.

Si a alguien le surge alguna duda o pregunta, como siempre, estoy a vuestra disposición. Y si alguna quiere probarlo….. Estaré encantado!!!!


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