martes, 12 de agosto de 2008

La primera entrega (parte dos)

Has quedado desnuda, de pié, mostrándote de nuevo frente a mi esperando mis órdenes. Miras hacia el suelo pero intentas descubrir el bulto en mi pantalón. Sé que estas excitada, te huelo. Me levanto y doy una vuelta lentamente a tu alrededor…me detengo a tu espalda. Te noto tensa, esperando. Te ordeno en voz baja que abras las piernas y pongas tus manos a la espalda. Obedeces sin dudarlo. Vas bien….. esperas mi siguiente paso que imaginas ya y te humedeces entre las piernas. No te defraudo, paso la palma de la mano por tu sexo sintiendo por primera vez tu humedad, la suavidad de la piel de tu coño completamente depilado según mis órdenes. Te oigo respirar profundamente mientras lo hago y hasta diría que en mi mano cae una gota de tu interior.

Te ordeno que eches el cuerpo hacia delante y sin dudar te pones a mi disposición mostrandote obscena mientras tus pechos cuelgan debido a la postura. Me saco a tu espalda el miembro..no lo puedes ver pero has escuchado la cremallera. Has hecho un amago de volver la cabeza pero sabes que no, no debes moverte. Solo esperar acontecimientos. Despacio, apunto en tu coño mi polla dura y te relajas, sientes como te la meto despacio hasta dentro mientras sueltas un suspiro. Me quedo quieto sintiendo como te humedeces mas aun. Paso las manos por tu cintura y las subo despacio por los costados, sé que tienes cosquillas, me lo advertiste, pero no te mueves apenas, te muerdes los labios pero no te mueves. Busco tus pechos y los amaso sin compasión.

Cojo tus largos pezones, ahora duros entre los dedos comenzando a ejercer presión en ellos. Suspiras y te mojas mas. Haces un intento de moverte pero mi azote te paraliza en seco al tiempo que sueltas un grito ahogado. Cojo de nuevo tus pezones y ahora tiro sin piedad de ellos mientras ahogas un gemido mezcla de dolor y placer. Sudas y respiras fuerte mientras te sientes empalada y ansiosa por que empiece a moverme. Pero aun no es el momento.

Te la saco lentamente y te desconciertas…. Me pongo delante de ti, tienes la polla a la altura de tu rostro. Te cojo del pelo y te ordeno secamente “limpiamela”…. Abres la boca y torpemente me la empiezas a chupar. Sé que apenas lo has hecho en tu vida, que te ha parecido sucio eso siempre, pero me da lo mismo, aprenderás y te gustará por que eres mi puta y tu compromiso de entrega es sin condiciones. Mañana no te reconocerás cuando te mires en el espejo y rememores lo sucedido.

Te follo la boca durante unos minutos sujetándote la cabeza de ese bonito peinado que te has hecho para mi. A veces te mantengo la cabeza apretada para que te entre hasta el fondo, sientes como te falta el aire pero sigues sin rebelarte por que sabes que no tienes que hacerlo. Cuando te suelto, respiras agitadamente. Noto tu excitación en aumento, el color de tu rostro, el brillo de tus ojos. Estas deseando que esto continúe sin parar y llegar a donde sabes que terminarás, tirada en el suelo, sintiendo las convulsiones de un orgasmo tas otro y sin poder moverte apenas. Perdida toda la voluntad y entregada totalmente a tu Amo.

De nuevo doy vueltas a tu alrededor mientras te mantienes en la misma postura. Sabes que ahora mi curiosidad se dirigirá hacia la virginidad que te queda aún. Jamás pensaste que esto podría llegar pero ahora nada te puede detener ya y quieres todo, que no quede ni un resquicio de tu virtud sin violar.

Me sitúo detrás de ti. Sabes lo que quiero y te mueves despacio para ofrecerme la mejor visión de tu culo virgen. Te ordeno que te lo abras con las manos y lo haces sin dudar un segundo en ello.

Me separo un par de pasos hacia atrás y te observo. Tienes un culo precioso, duro y apetecible. Te lo follaré pero tampoco será ahora que es lo que estas esperando.

Te miro detenidamente en esa postura indecente. Que hay de la dama virtuosa que conocí hace unos meses? Esa mujer seria con la que mantenía charlas de todo tipo hasta que poco a poco fui arañando la capa de su camuflaje llegando por fin a lo que tenia dentro? Y tu, perra preciosa, te fuiste abriendo cada día un poco mas, entregándote con rubor al principio y con gran esfuerzo por mi parte para convencerte de que no tenias escapatoria.

Recuerdo aquel día en que después de una larga charla en el Messenger estabas completamente excitada, te veía los ojos a través de la cámara llenos de deseo carnal. Aun con la ropa puesta y sudando completamente. Vigilaba tus manos sobre el teclado y no te permitía que las bajases.

Deseabas masturbarte y te daba ya lo mismo que te mirase o que te diese de latigazos. Solo deseabas tener el placer que tu cuerpo no podía reprimir. Pero no te lo permitía y eso te hacia desearlo mas. Algo te impedía hacer tu voluntad y sabias que ya había tomado posesión de ti. Estabas sometida.

1 comentario:

Anonymous dijo...

Es estupendo, como describes la entrega, me encanta tu forma de redactar.