jueves, 14 de agosto de 2008

Sumisa.

Soy una mujer aparentemente normal. No me distingue nada del resto. Solo un hilo invisible marca la diferencia: Yo soy sumisa. Mi alma mi corazón y mi cuerpo pertenecen a Mi Amo. No soy inferior a El si no de El. Y pertenecerle es un orgullo. Así es que cada día trato de superarme para ofrecerle lo mejor de mi misma. No soy una mujer débil ni dócil; solo El tiene la llave de mi rendición anticipada. Mi cuerpo es el centro de sus placeres, de los que no tiene ninguno prohibido. Y mi corazón se desborda enamorado ante su presencia. Ser sumisa no tiene horarios, no hay domingos ni festivos. No se despierta una una mañana y decide ser sumisa. Es un sentimiento total de entrega que con los años se va refinando. No es fácil, no es cómodo y a veces puedo resultar hasta doloroso. Pero a cambio recibo el mayor de los regalos cada día: su mirada, su atención y sus cuidados. Sin El seria una mujer mas, sin El perdería toda mi esencia...la sumisión.

Trycia.

1 comentario:

Anonymous dijo...

es maravilloso leer esa seguridad,maravillosa tu entrega,maravillosa tu convicción.
sólo una cosa...sin El,jamás serías una mujer más...no hay mujeres más...sin El,seguirías siendo sin duda,TU.
un beso para ti,y no un beso sin más...un beso con todo mi respeto y esa dosis de cariño en la distancia
Santa